Las duras palabras de Kevin Garnett

La superestrella de los Celtics, Kevin Garnett, no quedó muy contento después de que los reservas de su equipo desperdiciaran una ventaja de 25 puntos y los titulares tuvieran que volver a 6 minutos del final del partido que enfrentó ayer a los Celtics contra los Blazers.

Garnett fue especialmente duro con Glenn Davis, al que cogió por el brazo en el banquillo momentos antes de volver a la cancha a falta de 6:04 para el final. "Probablemente voy a tener una conversación profunda con él" dijo KG.

"Trato de entender lo que él está pensando ahora, buscar el problema" dijo Garnett, "pero Baby está frustrado con algo de lo que estamos haciendo, él sólo tiene que entender su rol y no salirse de él".

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Conversaciones entre Nuggets y Magic

Esto saldra antes del leer mas Los Orlando Magic llevan días a la caza y captura de un point guard, ya que si desde pretemporada su rotación de bases era corta, desde la lesión del titular Jameer Nelson y el problema crónico de rodilla de Mike Wilks, ahora sólo cuantan con uno.

Las negociaciones entre Denver y Orlando para traer al base Chuky Atkins, nativo de Orlando y que ya jugó para los Magic en 99/00, parece que van por buen camino y ya se habla de un posible intercambio mano a mano entre Atkins, en el último año de contrato por 3'4 millones de dólares, y Brian Cook (3'5 millones) que no está demasiado contento en Orlando.

Otra posibilidad que se ha barajado es enviar a Denver a Keith Bogans y sus 2'9 millones de contrato junto a Mike Wilks (1 millón).

Otis Smit, GM de los Magic, ha declarado que "hemos tenido conversaciones sobre Atkins, pero en estos momentos no sabemos que va a pasar" y añadió que "todavía estamos trabajando en otras opciones que podrían ocurrir en cualquier momento".

Smith también se extrañó por la existencia de los Magic como posible destino de Stephon Marbury, tal como publicaron recientemente en la prensa de NY. El GM dijo con sarcasmo que no envenenaría el vestuario de los Magic trayendo a Starbury.

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Wilson Chandler la excepción en los Knicks

El alero de los Knicks, Wilson Chandler no es sólo la excepción del equipo de NY por ser atlético, tener potencial y no buscar siempre la jugada espectacular. Lo que le hace diferente a sus compañeros de roster es que en los despachos de las Gran Manzana piensan en él como jugador de los Knicks más allá del verano de 2010.

Mike D'Antoni lo ve así y le está dando la posibilidad de desarrollarse a base de minutos, muchos minutos e importancia en el juego. Aunque hay momentos en los que Chandler parece no poder más y el coach afloja la exigencia.

Como en el reciente enfrentamiento contra los Blazers, donde D'Antoni sentó al alero en el tercer cuarto después de que se mostrará muy lento y no recuperar su posición con la suficiente frescura. Chandler pasó los siguientes cinco minutos en el banquillo recibiendo explicaciones de Richardson.

Quentin Richardson, ex jugador de DePaul, igual que Chandler, dijo que "este es mucho más que su año rookie por lo que respecta a disputar muchos minutos" y añadió que "cuando tú estás jugando todos esos minutos tus piernas están cansadas, tú estás mentalmente cansado y tienes que combatirlo mentalmente".

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Wittman puede ser el siguiente coach en caer

En un inicio de temporada donde media NBA está poniendo en entredicho a sus entrenadores, algo bastante extraño en el deporte profesional americano, bastante reacio a despedir al coach, hay varios banquillos que está ardiéndole el trasero a más de uno.

El de Minnesota es un buen ejemplo. Con un balance de salida bastante decepcionante, a tenor de las esperanzas creadas en pretemporada y de los nuevos fichajes, el presidente Kevin McHale está viajando con el equipo para evaluar el talento de los jugadores. Las malas lenguas dicen que realmente lo que está evaluando es la capacidad del coach Randy Wittman para conducir a los Wolves a la victoria.

Nadie va a pedir a Minnesota que gane su división, pero tras una temporada de 22-60, sí que esperaban aumentar su balance final entre 10 y 20 victorias más. Las llegadas de Mike Miller y del rookie Kevin Love, así como el salto de calidad de Al Jefferson y Randy Foye, parecían motivos más que suficientes como para que los Wolves dejaran los últimos puestos de la NBA.

Jefferson ha declarado que la juventud del equipo no debe ser excusa y que pese a su edad, deberían mejorar su juego.

Wittman, por su parte, muchas veces parece no dar crédito al juego desplegado por sus hombres yen algún tiempo muerto ya se le ha escuchado exclamar "pero a qué demonios estais jugando?". Parece que nadie cumple con lo planeado en el vestuario.

En una temporada en la que los GM de los equipos NBA tienen poco aguante con los entrenadores, más le vale a Wittman reconducir la situación pronto si no quiere acabar en el paro.

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