sábado, 6 de diciembre de 2008

Wittman puede ser el siguiente coach en caer


En un inicio de temporada donde media NBA está poniendo en entredicho a sus entrenadores, algo bastante extraño en el deporte profesional americano, bastante reacio a despedir al coach, hay varios banquillos que está ardiéndole el trasero a más de uno.

El de Minnesota es un buen ejemplo. Con un balance de salida bastante decepcionante, a tenor de las esperanzas creadas en pretemporada y de los nuevos fichajes, el presidente Kevin McHale está viajando con el equipo para evaluar el talento de los jugadores. Las malas lenguas dicen que realmente lo que está evaluando es la capacidad del coach Randy Wittman para conducir a los Wolves a la victoria.

Nadie va a pedir a Minnesota que gane su división, pero tras una temporada de 22-60, sí que esperaban aumentar su balance final entre 10 y 20 victorias más. Las llegadas de Mike Miller y del rookie Kevin Love, así como el salto de calidad de Al Jefferson y Randy Foye, parecían motivos más que suficientes como para que los Wolves dejaran los últimos puestos de la NBA.

Jefferson ha declarado que la juventud del equipo no debe ser excusa y que pese a su edad, deberían mejorar su juego.

Wittman, por su parte, muchas veces parece no dar crédito al juego desplegado por sus hombres yen algún tiempo muerto ya se le ha escuchado exclamar "pero a qué demonios estais jugando?". Parece que nadie cumple con lo planeado en el vestuario.

En una temporada en la que los GM de los equipos NBA tienen poco aguante con los entrenadores, más le vale a Wittman reconducir la situación pronto si no quiere acabar en el paro.

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