jueves, 4 de septiembre de 2008

Utah Jazz confía en lo que tiene


En los tiempos que corren, donde echarle el lazo a una superestrella supone embargar el futuro salarial de la franquicia por lo menos para un lustro, los Jazz están dando palmas con las orejas por contar con dos integrantes del Redeem Team: Carlos Boozer y Deron Williams.
El pensamiento del Vice-presidente de operación Kevin O’Connor es seguir el camino que iniciaron hace tres años con la construcción de la actual plantilla. Con la mágica sociedad que formaron Stockton y Malone como modelo, haber caído en segunda ronda de play off contra los Lakers no va a suponer mandarlo todo al traste para intentar traer alguien que mejore lo que actualmente tienen. Por tanto parece que los Jazz no tienen en mente mover ninguna ficha en el mercado de traspasos.
Su plan es dejar pasar el tiempo y fortalecer la sociedad Williams-Boozer y continuar con el apoyo que tienen actualmente con el turco Okur y el tirador blanco Kyle Korver. O’Connor intentará un gran traspaso, incluso incluyendo a Kirilenko, si está absolutamente convencido de que les llevará al campeonato. Aunque ni siquiera estas grandes operaciones aseguran resultados, por lo que es previsible que sea cauto y conserve lo que tiene.
Por lo que respecta al ruso, se está convirtiendo en algo más que un problema para la rotación de los Jazz, y aunque se ha especulado con su posible marcha al banquillo para formar parte de la segunda unidad, Sloan ha desestimado rápidamente esa posibilidad.
Entrar a cancha desde el banquillo y no coincidir en pista con Boozer proporcionaría mayor importancia y presencia de AK47 en la ofensiva del equipo de Utah, tal como reclamó la pasada temporada. Sin embargo, la moral del ruso no es a prueba de bombas y abandonar el cinco inicial sabe Sloan que no le haría nada bien.
Por otra parte, los 49 millones de dólares que le quedan por percibir de su contrato complican cualquier posible salida del equipo.

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